jueves, 29 de mayo de 2008

Una izquierda sin complejos



Una vez más vemos que la izquierda española (o del Estado español, como les gusta decir) no tiene ningún tipo de complejos a la hora de pactar para llegar al gobierno. Izquierda Unida estaba coaligada con Acción Nacionalista Vasca en Mondragón (quizá lo esté en algún otro pueblo) hasta que ETA asesinó al socialista Isaías Carrasco. Y no sólo se trataba de un pacto postelectoral, sino que presentaron listas conjuntas en muchos municipios (Mondragón incluido) con Zutik, partido que perteneció a Herri Batasuna y cuya idea de "Patria Vasca" no está muy alejada de la ETA auqnue ahora, desde hace poco, rechazan la violencia como forma de obetenerla..

Menos mal que al menos ha roto su pacto de gobierno con ANV después del atentado. ¿Pero es que ANV es ahora peor que hasta el 7 de marzo? ¿Izquierda Unida, o mejor dicho ese grupo que degenera a toda la coalición que es Ezker Batua y reconocido por figuras destacadas del PCE, no recordaba a los otros 939 asesinados por ETA?

La reaparecida ANV siempre ha dado muestras de su acercamiento al mundo de ETA y de estar controlada por Batasuna. Igual que el PCTV. Eso lo sabíamos todos aunque por razones obvias se les permitió presentarse a las elecciones municipales. Mejor dicho, para mayor mofa, en algunos sitios sí, en otros lugares no.

Ahora hay procesos abiertos de ilegalización contra esos partidos. Curiosamente por algo que ellos no han cometido. Porque lo delictivo de estos grupos no son los asesinatos, que los comete ETA no ellos, sino su contribución financiera al aparato de ETA y otro tipo de apoyos. Esos delitos los han cometido de la misma manera antes y después de los asesinatos de Barajas y del de Mondragón.

Por eso ANV es la misma antes y después de que ETA asesinara en la víspera de las elecciones generales. E Izquierda Unida apoyó a la alcaldesa de ANV en Mondragón.

Intenten imaginar qué se hubiera dicho si la derecha democrática española estuviera coaligada en algún pueblecito perdido con un partido xenófobo. La que se podría haber armado, incluso aunque en ese pueblo no se hubiera producido ningún ataque a un inmigrante. Pues ahora imaginen que hubiera pasado si en ese pueblecito unos cabezas rapadas (vinculados o no al partido xenófobo) hubieran atacado a un inmigrante (hasta la muerte o habiéndolo dejado malherido). Al día siguiente el partido derechista democrático rompe la coalición pero salta a la prensa la noticia de que había estado un año coaligado con un partido ultra.
¿El tratamiento hubiera sido igual? ¿O se le habría aplicado un «cinturón sanitario», esta vez con mayor razón? ¿Por qué no se aplica «cinturones sanitarios» a los partidos que pacten con quienes amparan el terrorismo?

Al PNV no se lo podemos preguntar, pues le siguen faltando razones para desalojar a ANV de Mondragón.

Afortunadamente la derecha española sentiría vergüenza de pactar con partidos de extrema derecha. Pero quienes dicen ser la izquierda de este país y los llamados nacionalistas moderados (¿es moderado el Plan Ibarretxe?) no sienten complejos de pactar con los aliados de los terroristas. Mondragón no es el único ejemplo. En Francia Eusko Alkartasuna se alía con el homólogo de Batasuna y es una noticia que pasa totalmente desapercibida.

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