viernes, 30 de mayo de 2008

¿Moderarse hacia el nacionalismo?


No me corresponde entrometerme en la crisis de un partido que me es totalmente ajeno, como lo es el Partido Popular. Sin embargo sí que nos atañe a todos los demócratas que desde muchas columnas de opinión se observe el posible cambio de rumbo de ese partido hacia una mayor comprensión del nacionalismo como una muestra de moderación. ¿Por qué empecinarse en no pactar con nacionalismos es muestra de radicalización y acercarse a ellos es signo de moderación? ¿Desde cuándo acercarse a los excluyentes es ser más moderado?
Hay otro partido político cuyos planteamientos son totalmente democráticos e incluso sus prácticas allí donde han tenido algo de poder (que es poco y en escasísimos lugares). Pero desde ciertos medios de comunicación con poco rigor analítico se le ha tachado de extremista de derechas. Los pecados principales de este partido son dos: uno su nombre, y otro que sus referentes ideológicos arrancan del totalitarismo. Si se hubieran llamado, como estuvieron sopesando, Izquierda Nacional seguramente tendrían menos problemas porque les sería más fácil disfrazar sus orígenes. Pero decidieron llamarse Falange Auténtica, quizá porque el calificativo de “auténtico” se ha solido asociar a “falanges rojas”, pese a las ideas fascistas de su precursor Manuel Hedilla, y con ese nombre se han condenado a sufrir la etiqueta de ultra por mucho que se esfuercen en explicar que todos los movimientos políticos surgidos en los años 30 eran totalitarios aunque algunos hayan evolucionado después hacia la democracia (por ejemplo, los casos de la evolución del estalinista PCE al eurocomunismo o del PSOE de Largo Caballero al de Felipe González).
Falange Auténtica tiene el “sanbenito” de ultra porque proviene de Jose Antonio Primo de Rivera y Manuel Hedilla, dos personas que representaron el fascismo español, “adulzorado” si se quiere de nacional-catolicismo (por eso al menos no eran racistas).
Los orígenes tenebrosos del nacionalismo vasco, vamos del vizcaíno porque en sus orígenes era tan excluyente que ni guipuzcoanos ni alaveses eran tenidos en cuenta, son tan truculentos que la Fundación Sabino Arana esconde algunos de los textos racistas más comprometidos. ¿Por qué no se admite la evolución hacia posturas democráticas de partidos como Falange Auténtica y se hace con toda normalidad con el PNV?
Los “falangistas auténticos” luchaban contra el franquismo en diferentes etapas de la dictadura. ¿Qué hizo el PNV en los cuarenta años de penumbra aparte de que sus muchachos más rebeldes se marcharan para crear ETA?
La verdad es que cuesta creer que un partido que reivindica a José Antonio Primo de Rivera tenga un firme compromiso con los ideales de una democracia liberal. Tanto como que lo tenga un partido con orígenes claramente racistas.
En El Plural para atacar a UPyD dicen que los de Falange Auténtica simpatizan con Rosa Díez. Uno no es culpable de caer bien a nadie. También ETA dijo que preferiría un gobierno del PSOE y no por ello piensa la mayoría de la opinión pública que el PSOE beneficia a ETA.
Por cierto, que Falange Auténtica no niega algunos puntos en común con Rosa Díez pero precisamente en uno de los que difieren es en que dicen que UPyD no es nacionalista y ellos se autodefinen como nacionalistas españoles. Si son nacionalistas algo les queda todavía de sus orígenes totalitarios, como al PNV.
Por ello acercarse a los nacionalistas no es moderarse, el nacionalismo sólo es moderado cuando tiene poco de nacionalista.

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