viernes, 25 de julio de 2008

La derecha acomplejada

No es ningún secreto el complejo que sufre la derecha española de tener que justificarse una vez tras otra que no son “fachas”. Este comportamiento les lleva a no saber distinguir lo “facha” de lo español. El PP, dicen, está emprendiendo un “viaje al centro” después de su último congreso. Si nos creyéramos sus proclamas más bien deberían decir que lo están reemprendiendo, pues olvidan a conciencia que ya con Aznar decían que realizaron este viaje al centro, distanciándose de la derecha de su fundador Manuel Fraga Iribarne. Y si con Aznar ya hubiesen llegado al centro, como sostenían, ¿por qué ahora un nuevo viaje al centro? Una simple reflexión nos llevará a pensar que fue porque alguien lo tuvo necesariamente que apartar del centro. Y quién ha llevado el timón del PP en los últimos cuatro años... el mismo que ahora les reconduce, de nuevo, hacia el “centro reformista”.
Este PP de cara a la opinión pública enfatiza en su espíritu liberal, a pesar de que tiene comportamientos también de partido conservador, como su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo. “Centro reformista”, dicen. Y como tienen que demostrar que ya no son de derechas, sus complejos les llevan a acercarse a los nacionalistas, como durante la transición los falangistas antifranquistas se daban de tortas contra Fuerza Nueva para demostrar que eran falangistas pero no “ultras”, el PP volverá a “hablar catalán en la intimidad” (o a pecho descubierto).
Ya expresé en otro artículo, publicado en páginas tan diferentes como Minuto Digital e Izquierda Liberal, mi sorpresa de que algunos considerasen que el PP se moderaba cuando se acercaba a partidos nacionalistas, que son excluyentes y por tanto nada moderados. Pero lo que me ha dejado de piedra es que Alicia Sánchez Camacho, recién estrenada como presidenta del PP de Cataluña, se niegue a firmar el Manifiesto por la Lengua Común. No hay discriminación del castellano en Cataluña, alega. Si fuera así por qué el libro “Extranjeros en su país” –donde el diputado de Ciutadans Antonio Robles denuncia eso que ella dice que no pasa– no se puede encontrar más que en una librería en toda Cataluña. Y esa única librería me ha pedido como editor que no la nombre, por temor a represalias. En la presentación de este libro en Barcelona el pasado 11 de julio (presentado por el eurodiputado Vidal-Quadras, ¿algún otro del PPC se habría atrevido?), acudieron 200 personas y se vendieron casi 100 ejemplares; o sea que demanda hay. No está en las librerías por decisión política, no comercial. Los libreros nacionalistas no quieren ver ese libro ni en pintura, y los no-nacionalistas no se atreven a exhibirlo para no ser tachados de españolistas y por tanto de “fachas”.En una ciudad española donde los letreros de los escaparates pueden leerse en catalán y en inglés pero no en castellano, sí hay discriminación no sólo de la lengua sino de las personas que la hablan. La defensa de los débiles y de los perseguidos no suele ser una norma habitual en la derecha, de modo que por esa parte entiendo que Sánchez Camacho no proteja a los catellanohablantes; pero la defensa de la españolidad, al menos antaño, era uno de los pilares de la derecha. Quizá cuando la derecha no tenía complejos… para bien y para mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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